jueves, 3 de febrero de 2011

La pintura al fresco.

La pintura al fresco es aquélla que se realiza sobre la pared. En el románico, la presencia del muro condiciona el soporte por el cual se pueden aplicar colores. La técnica del fresco consiste en encalar con yeso y agua una pared de piedra. Sobre ese preparado, se aplica el material pictórico.

La pintura en el románico se caracteriza por presentar un trazo de dibujo grueso, aplicando dentro del mismo colores planos y simples. Son dibujos primitivos, esquemáticos. En éllos no hay realismo, ni movimiento. Se nos presentan de manera frontal. No hay perspectiva (profundidad en el escenario del dibujo) ni puntos de fuga. La iconografía es la misma que en la escultura: Cristo en majestad.

Podéis ver pinturas románicas conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Aquí tenéis el enlace:

http://www.mnac.cat/index.jsp?lan=001




















Una página útil para poder descargaros y ver en internet fotografías de Historia de la pintura es la siguiente:

http://www.wga.hu

De esta página he seleccionado las siguientes pinturas románicas en técnica de fresco:



















Mirad la bóveda de cañón:



















Un detalle del martirio de un santo. Observad que el dibujo de las personas apenas indica realismo. Sus movimientos no parecen naturales.



















Me voy al Renacimiento. Comparad la diferencia entre las pinturas. Os pongo un ejemplo de Renacimiento tardío, manierista. ¿Habéis oído hablar de Miguel Ángel? ¿De la Capilla sixtina?














Si queréis verla como si estuvieras en la misma capilla, podéis pinchar en este enlace:

http://www.vatican.va/various/cappelle/sistina_vr/index.html

Flipad y acojonaros con lo que hizo Miguel Ángel subido en un andamio y a escasos centimetros de las paredes. ¿Cómo pudo hacer semejante obra pictórica estando a escasos centimetros de la pared de piedra?

Cómo podeis observar, estos frescos del Renacimiento no tienen nada que ver con los del Románico: presentan figuras en movimiento violento, cuerpos hercúleos, musculados, rostros iracundos, mostrando el Juicio Final. Colores intensos, que dañan la vista. Hay que decir que Miguel Ángel realizó el encargo del Papa a disgusto. Lo aceptó, y realizó una pintura en la que dejaba entrever su propio estado de ánimo.

En la parte inferior izquierda de vuestra pantalla, podéis moveros como si estuvieráis allí presentes,  ampliando y disminuyendo el zoom.

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